martes, 29 de marzo de 2011

Cambio de gobierno, persistencia en las practicas.


Durante décadas la dirigencia política ha prometido, debatido y nunca concluido, la reforma  que devuelva a la política la credibilidad que la falta de transparencia ha generado en la ciudadanía.
En pocos días los ciudadanos de la Pcia de Santa Fe, deberán votar en una interna abierta por imperio de una ley, que si bien reemplazó a la nefasta y tramposa Ley de Lemas, adolece de tantas imperfecciones y cuestionamientos (hasta el de su propia constitucionalidad) que la colocan muy lejos de la ley ideal. Y si bien sus defectos fueron señalados por quienes hoy constituyen el Gobierno provincial, nada se ha hecho para reemplazarla por una mejor ley.
Durante las gobernaciones justicialistas en la Provincia de Santa Fe, asistimos a permanentes mutaciones en los regímenes electorales, en las fechas de elecciones provinciales, municipales o comunales, en la forma y/o color de las boletas, en la decisión de si éstas irán juntas o separadas, todo ello a medida y conveniencia del oficialismo.
Asimismo, ha sido una práctica reiterada el uso y abuso de las estructuras estatales para la apoyatura de los candidatos oficialistas.
Estos hábitos, sin lugar a dudas, constituyen vicios de nuestra cultura política que se mantienen a pesar del cambio de signo político en el Gobierno provincial y en los municipales o comunales, que debemos erradicar definitivamente por diversas razones.
Entre ellas  la injusticia de la desventaja que se establece para todos aquellos que siendo opositores, no cuentan con la estructura estatal para promover sus propuestas, lo que los coloca en evidente inferioridad de condiciones  alterando el principio de igualdad de oportunidades.
Propuestas diversas, anuncio de obras que despiertan dudas sobre su concreción, contratos, “becas de estudio” o promesas de las mismas, inauguraciones varias, cortes de cintas y campañas publicitarias faraónicas de candidatos oficialistas que jamás podrían solventarlas por si mismos, integran el amplio esfuerzo estatal en estas elecciones provinciales y municipales en pos de la instalación de sus candidatos.
La consecuencia de ello es el descrédito de las instituciones y de los funcionarios que la integran ante una sociedad apabullada por las manipulaciones.
Durante mi larga trayectoria como militante de la Unión Cívica Radical me opuse a su sanción y luego reclamé la derogación de la ley de lemas y exigí a viva voz el control en los gastos de campaña y en el uso de los recursos del Estado Nacional, Provincial y Municipal.
Luego, cumpliendo mi mandato como diputada provincial por la Unión Cívica Radical, impulsé desde mi bloque un proyecto electoral alternativo a la ley de lemas y presenté también, un  proyecto de ley estableciendo que todos los funcionarios que ocuparan cargos políticos, electivos o por designación, en el Poder Ejecutivo Provincial o en los Departamentos Ejecutivos Municipales y que se postularan como candidatos, deberían cesar en sus funciones noventa días antes del acto eleccionario, permitiendo a su vez que dicha exigencia  pudiera concretarse por una solicitud de licencia sin goce de sueldo. El objetivo, en este último proyecto, era evitar que los recursos estatales tengan como destino las campañas electorales.
Si tenemos verdadera voluntad de que la administración de la cosa pública sea transparente, no podemos repetir metodologías reprobables que han llevado al descrédito frente a buena parte de la ciudadanía- a gobiernos anteriores y motivaron a la mayoría de los  santafesinos  a votar por un cambio de políticas que privilegien las necesidades de la gente, por sobre las conveniencias electorales del gobierno de turno. Esta es una deuda aun pendiente.

Fuente: Entrevista del Diario El Litoral 2009. Alicia Tate

miércoles, 16 de marzo de 2011

Acción Legislativa 2006 - UN BALANCE DE MILITANCIA-

Las elecciones nacionales realizadas en el año 2003 significaron el punto de inflexión para la recuperación
de la institucionalidad democrática luego de la crisis de representatividad más aguda sufrida por nuestro
sistema de gobierno desde 1983 a esta parte. No se trató en ellas sólo de renovar autoridades, sino de
intentar dar algún tipo de respuesta al profundo cuestionamiento ciudadano de la representación política
existente.

En ese marco, al asumir mi banca, me plantee la necesidad impostergable de contribuir con la enorme tarea
institucional de reivindicar la política como actividad dedicada a armonizar los diferentes intercambios y
relaciones entre los miembros de una sociedad y dotarlos de un sentido y una orientación colectivas.
El Congreso de la Nación, ámbito por excelencia para el debate de ideas acerca de los problemas que
aquejan el presente y el futuro del país, constituye una herramienta indispensable para el sistema
republicano de gobierno y para la democracia misma.
Lamentablemente, desde entonces, el poder legislativo fue condenado al triste papel de mero acompañante
de la gestión de gobierno del gobierno nacional. Recuperar su rol histórico como ámbito de resonancia y
expresión de la pluralidad de opiniones e intereses existentes en el seno de la sociedad civil y fortalecer su
papel de contrapeso institucional en un sistema presidencialista manifiestamente vulnerable al accionar
faccioso de las corporaciones, resultan tareas imprescindibles para mejorar la calidad institucional del país
a las cuáles me dediqué con esfuerzo y perseverancia.
En ese contexto, me asumo representante del pueblo , y como tal, me debo a él. Por ello, como santafesina,
gran parte de mi labor legislativa estuvo dedicada a temas tan caros a nuestra provincia como la defensa
de los pequeños y medianos productores agropecuarios, la industria local y el desarrollo con equidad de la
sociedad santafesina, priorizando las demandas de los municipios y las organizaciones de la sociedad civil.
Asimismo, he tratado de mantener una línea de conducta y coherencia en materia de igualdad de géneros a
sabiendas del inconmensurable desafío que ello supone en una sociedad de evidente tendencia machista. A
partir de la Ley de Cupo Femenino, que les brindó la posibilidad de acceder a numerosas bancas a mujeres
con una extensa trayectoria militante y con la absoluta convicción del invalorable aporte que ello significó en
el marco del sistema político modificando pautas culturales y sociales extremadamente arraigadas en la
sociedad, me aboqué a trabajar legislativamente para consolidar tales avances con medidas de acción
positiva tendientes a garantizar su aplicación y la plena integración de la mujer en otros ámbitos.

Fui promovida y honrada por mis pares en el Bloque de la Unión Cívica Radical para ocupar el cargo de
Secretaria General desde diciembre del 2005. El desafío fue enorme dado que el cargo es el espacio de
articulación política por excelencia tanto al interior de nuestro bloque como en la relación con el oficialismo.
Las dificultades no fueron menores. Nuestro bloque no estuvo exento de la estrategia impulsada por el
gobierno nacional con el objetivo de cooptar a un importante número de dirigentes de nuestro partido. Sin
embargo, la tarea de resistir y mantener cohesionado el bloque fue exitosa y pudimos sobrellevar la
situación.
En sintonía con ello, logramos además articular una serie de iniciativas políticas con diversos bloques de la
oposición a los efectos de evitar los avances institucionales del oficialismo. En tal sentido, nos opusimos a la
escandalosa modificación del Consejo de la Magistratura, a la reglamentación de los Decretos de
Necesidad y Urgencia, a la modificación de la Ley de Administración Financiera y los superpoderes
otorgados al Sr. Jefe de Gabinete, a la eliminación del Banco de Datos Genéticos, a la irregular creación del
marco regulatorio de la empresa AYSA, a las renegociaciones con las empresas privatizadas reiterando los
errores cometidos en la época menemista, etc.
Algunas de tales iniciativas conjuntas fueron exitosas y logramos poner un freno al incorregible avance del
oficialismo sobre tales materias, otras no lo consiguieron merced a la amplia mayoría que ostenta el
gobierno en la Cámara Baja. Sin embargo quedó demostrado que no todo es posible en la medida que se
logra articular responsable y cuidadosamente al arco opositor.
Finalmente y como corolario de mi compromiso con la necesaria rendición de cuentas que todo funcionario
público debe presentar, pongo a disposición de la sociedad santafesina este balance de mi gestión como
Diputada Nacional durante el corriente año. Espero el mismo refleje fielmente nuestro intenso trabajo y se
constituya en un medio más de intercambio de ideas y propuestas.

Alicia E. Tate

martes, 15 de marzo de 2011

Alicia como Diputada Nacional

Congreso de la Nación Argentina
EL RADICALISMO LOCAL CRUZÓ A CRISTINA Y AL JUSTICIALISMO.

La diputada nacional Alicia Tate (UCR) criticó a la senadora Cristina Fernández de Kirchner por los dichos expresados en el lanzamiento de la campaña en Rosario, cuando atacó el "pacto" entre radicales y socialistas. "Nosotros jamás hemos creído en la necesidad de que el sistema político deba operar en función de las categorías de acuerdo total o guerra total", señaló la santafesina.

"Creemos que esto (la acusación de Cristina) no contribuye a la recuperación del Estado legítimo por el que luchamos desde hace 115 años. Por el contrario, la UCR ha acompañado iniciativas del gobierno, como la renovación de la Corte Suprema y la política de derechos humanos. Y, a diferencia del gobierno, la Unión Cívica Radical lo hace por convicción, porque cuando los kirchneristas eran menemistas, los radicales pensábamos lo mismo que decimos hoy", agregó la legisladora.

A renglón seguido puntualizó: "Lo que los radicales no vamos a hacer es dejar de exigirle al gobierno políticas activas tendientes a la redistribución de la riqueza, para salir del modelo neoconservador al que seguramente el presidente y su esposa se acostumbraron de tanto insistir con la venta de YPF. Lo que los radicales no vamos a hacer es dejar de exigirle al gobierno que se abra al dialogo con las fuerzas políticas, sociales y económicas del país para empezar a pensar una Nación allende las ambiciones del partido gobernante".

En esa misma línea de razonamiento, Tate dijo que el radicalismo tampoco dejará de exigirle al oficialismo (que cuenta con 129 diputados frente a 44 radicales) que tome la decisión política de hacer funcionar el Congreso nacional como ámbito de debate plural y federal.

"Los radicales no creemos que el gobierno sea nuestro enemigo. Estamos seguros de que podemos aportar nuestra experiencia y nuestra visión. Por eso nos preocupa que desde el partido oficial se pretenda mostrar como un intento conspirativo el hecho de que los partidos expresen su disenso y se organicen para competir en elecciones", apostrofó.

A la hora de hablar de la realidad local, señaló que "El Frente Progresista, Cívico y Social nace como la expresión de la ciudadanía santafesina harta de 22 años de gobierno del PJ, por el que atravesamos escándalos de corrupción, privatizaciones, represión, muertes, inundaciones causadas por la imprevisión, el desmantelamiento de lo público, el imperio del neoliberalismo".

Fuente:La Capital

PROYECTO DE CREACIÓN DE UN BOLETO SOCIAL

Artículo 1º.- Créase en todo el territorio de la República Argentina el “Boleto Social”, el cual se aplicará de acuerdo a lo establecido por esta Ley.
Artículo 2º.- Alcance. El “Boleto Social” es un subsidio acotado para el uso del transporte urbano e interurbano destinado a todos los beneficiarios del Plan Nacional Jefes y Jefas  de Hogar Desocupados.
Artículo 3º.- Objetivo. El “Boleto Social” busca garantizar el derecho familiar a la inclusión social reconociendo las necesidades de movilidad y traslado de todo ciudadano que se encuentre desocupado y, en tal carácter, perciba un subsidio del Estado.
El “Boleto Social” es un mecanismo de lucha contra la desintegración material que implica no poder acceder a bienes y servicios básicos y, la desintegración simbólica, que no permite, a las familias afectadas ser partícipes, ni compartir el proceso de gestación y asimilación de los valores sociales.
Artículo 4º.- El “Boleto Social” se emitirá a través de un cupón equivalente a 10 (diez) pasajes mínimos de trasporte automotor de corta distancia y 5 (cinco) pasajes mínimos de transporte ferroviario.
Artículo 5º.- Deberán ajustarse a lo dispuesto en la presente las empresas de transporte automotor y/o ferroviario de jurisdicción nacional, provincial y local en sus modalidades de corta y media distancia.
Artículo 6º.- El Ministerio de Economía, a través de la Secretaría de Transporte, será la autoridad de aplicación de las disposiciones de la presente ley.
Artículo 7º.- El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley dentro del plazo de sesenta (60) días de su publicación
Artículo 8º.- La presente ley entrará en vigencia a partir de la publicación de su reglamentación en el Boletín Oficial.
Artículo 9º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. 


Autora: ALICIA TATE

LEY DE CREACIÓN DE CREDENCIAL ESTUDIANTIL

Artículo 1º:  Incorpórase al artículo primero de la Ley 23.673 de Boleto Estudiantil el siguiente párrafo:
“A tal efecto la Secretaría de Transporte de la Nación emitirá una Credencial Estudiantil para todos los alumnos regulares de las instituciones establecidas en la presente Ley. Dicha credencial será tramitada anualmente en cada establecimiento y su sola presentación al momento de viajar será válida para acceder al beneficio del boleto estudiantil que deberá ser expedido sin necesidad de otro tipo de trámite ni pago anticipado.”
Artículo 2°: El Ministerio de Educación, las instituciones educativas, los Centros de Estudiantes y/o las agrupaciones estudiantiles podrán organizar además diversas actividades, programas de descuentos, ingreso a eventos educativos, artísticos o culturales, etc., a los  que se acceda mediante la presentación de la credencial creada por la presente Ley.
Arículo 3°: Invitase a las Provincias y a los Municipios a adherir a la presente Ley
Artículo 4º: El Poder Ejecutivo Nacional reglamentará la presente Ley dentro del plazo de sesenta (60) días de su publicación, adaptando a tal efecto la reglamentación de la Ley 23.673.
Artículo 5º: de forma.
FUNDAMENTOS
La educación es una de las responsabilidades indelegables del Estado Nacional. Pero más allá de esta obligación, es innegable que es una herramienta estratégica para cualquier proyecto de país.
En ese sentido es que creemos imprescindible garantizar el acceso a la educación de los estudiantes secundarios y terciarios. Esta garantía no depende solamente de la gratuidad de la enseñanza. Hoy en día el peso del transporte es fundamental y muchos se ven impedidos de llegar a sus respectivos establecimientos por falta de dinero para el viaje.
Con el presente Proyecto no hacemos más que defender el espíritu original de la Ley mencionada, facilitando la accesibilidad y simplificando los trámites respectivos. De esta forma las empresas de transportes deberán expender los boletos directamente en sus unidades con la sola presentación de la Credencial Estudiantil emitida por el Ministerio de Educación y tramitada en cada establecimiento educativo.
Por otra parte la creación de esta credencial también posibilita su potencial utilización para acceder a diversos descuentos, actividades y/o beneficios organizados por el mencionado Ministerio, por los establecimientos educativos, por las organizaciones estudiantiles o por otras entidades.
Creemos que, inmersos en una de las más profundas crisis de la historia del país, es deber de este Congreso asegurar por todos los medios a nuestro alcance la educación de nuestro pueblo. Estamos convencidos que este Proyecto es un humilde aporte a ese objetivo.
Por todo ello es que solicitamos la aprobación del presente Proyecto de Ley

Proyecto de Ley de Educación Superior

FUNDAMENTOS


Sr. Presidente:


Hace cuatro años, la Comisión de Educación de ésta Honorable Cámara se abocó a la reforma de la Ley de Educación Superior. Para ello dispuso la creación de una Subcomisión de Educación Superior con el objetivo de avanzar en el proceso de reforma. El Diputado Nacional (m.c.), Dr. Juan Carlos Farizano, presidió la misma logrando consensuar con la mayoría de los actores vinculados al sistema universitario nacional este proyecto de Ley. La crisis de diciembre de 2001 dejó sin efecto la aprobación en comisión del mismo que actualmente perdió estado parlamentario. 

A sabiendas de la importante tarea realizada en su momento es que venimos a representar el proyecto habiendo introducido nuevas modificaciones a los efectos de apuntalar el esquema original.

La educación superior en los últimos años ha experimentado significativas transformaciones. El creciente número de estudiantes y su heterogeneidad; la multiplicación de sus esferas de actividad; la variedad de instituciones con fines, funciones y prioridades diferentes, son parte de las nuevas exigencias y desafíos a los que se enfrenta la educación superior. Entrados en el siglo XXI es necesario contar con una educación superior inclusiva que asuma “un rol protagónico en la construcción de una sociedad en la que la educación, el conocimiento y los demás bienes culturales se distribuyan democráticamente”.

Sin duda nuestro país requiere instituciones académicas que promuevan la formación de ciudadanos libres, con firmes convicciones éticas y comprometidos con una sociedad democrática, de calidad. El desafío supone, además, ampliar las fronteras del conocimiento, interactuando con el sector productivo y el Estado y promoviendo procesos de innovación científica y tecnológica.
Este proyecto de Ley de Educación Superior busca afianzar la política universitaria, actualizando los proyectos institucionales y el compromiso de la universidad con la sociedad e impulsando la articulación entre las diversas modalidades de educación superior. Para ello, se promueve la progresiva organización por ciclos que faciliten el diseño de contenidos básicos disciplinares comunes por familias de carreras junto con la posibilidad de construir un sistema de créditos de grado y postgrado, para estimular la articulación del sistema. Asimismo, la Ley permite mejorar las condiciones y estrategias institucionales para facilitar el tránsito del nivel medio a la universidad, los procesos de aprendizaje, la calidad de la formación, el progreso en los estudios y la graduación.
Luego de diez años de promulgada la Ley 24.521, es importante reelaborar el instrumento legal capaz de contribuir y sustentar un proceso de transformación en las instituciones de la educación superior y actualizar la mirada sobre el sistema. El objetivo fue elaborar un nuevo instrumento legal capaz de contribuir y sustentar un proceso de transformación en las instituciones superiores.
La crisis que atravesamos nos pone, ahora más que nunca, de cara al problema de la formación superior en un mundo donde el saber es la principal fuente de riqueza, donde ya no basta el haber logrado la universalización de la educación básica y donde, si la mayoría de la población no accede a niveles cada vez más altos de educación, no se concibe el real ejercicio de los derechos civiles, políticos y económicos.
La Educación Superior debe constituirse en un sistema integrado y flexible. Se necesita crear mecanismos eficientes de coordinación y planificación estratégica que permitan articular el sistema para garantizar un tránsito vertical y horizontal, fluido y sin obstáculos de los estudiantes a su interior. De esta manera se facilita la inserción, permanencia y egreso en las universidades e institutos, disminuyendo los  altísimos niveles de deserción actual.
Ello no implica desconocer la necesidad de asegurar por presupuesto público los recursos para la educación superior. Todo lo contrario. La Ley de Educación Superior será un instrumento fundamental en la medida que permita, y no obstruya, el cambio y, en el marco del respeto por la autonomía, establezca los objetivos de la política educativa como parte principal del proyecto nacional, misión propia del Estado democrático.
Es fácilmente observable el dramático olvido que ha tenido la Educación, y en particular la del nivel Superior en nuestro país, a través de sencillas proyecciones históricas y comparaciones internacionales.
En el año 1996, el presupuesto de la UBA, la universidad nacional más grande, era de $274 millones. En el año 2004 fue de $327 millones. Un aumento de tan solo el 18% nominal. Si lo medimos en términos reales, con la devaluación e inflación del año 2002, la caída es mayor al 20%.
Para comprobar el abandono desde otra óptica, en el mismo período (1996-2004), la cantidad de alumnos de dicha universidad pasó de 183.000 a 325.000, es decir un incremento del 80 por ciento y los docentes pasaron de 21.600 a 31.800, una suba del 47% (y que debería haber sido similar al incremento en la matrícula para mantener la calidad de la enseñanza, algo imposible en el contexto de este ahogo presupuestario).
¿Es posible lograr el necesario desarrollo de los ciudadanos de nuestro país bajo estos parámetros?. El órgano de gobierno de la referida casa de estudios, calculó que, para pode realizar un mínimo programa de “recomposición de la emergencia”, consistente en las actualizaciones edilicias imprescindibles, recomposiciones salariales e incrementos y mejoras de cargos docentes y becas para alumnos, requeriría un presupuesto de $850 millones para el presente año. El Estado Nacional le asigna menos de la mitad.
En síntesis, los actuales niveles de presupuesto no garantizan siquiera el funcionamiento mínimo de las Universidades Nacionales. Resulta imperiosa la modificación de los montos presupuestarios correspondientes a Educación, única forma de colocar a esta principal herramienta que disponen las sociedades para lograr mejores  índices de desarrollo humano, brindar condiciones más dignas a sus habitantes e insertarse plenamente en un mundo de permanentes cambios y desafíos.

El presente proyecto intenta reflejar con coherencia estas ideas, encarando la reforma general de la Ley para lograr un rediseño del sistema con financiamiento que apunte a convertirlo en una red de redes capaz de contener, sin fragmentarse, al complejo conjunto de elementos que la conforman. Es por ello que pretendemos una  Ley  clara, coherente, amplia, flexible y respetuosa de la autonomía, que incluya en un marco común a la educación superior.


AUTORA: ALICIA TATE